En fechas próximas se conmemora el día de los Santos Inocentes y la Huida a Egipto de El Mesías, si hemos de hacer caso a los Textos Sagrados. De los santos inocentes actuales ya se encargó Miguel Delibes en su magnífica novela, cuya interpretación, en la película adaptada de la obra, mereció la concesión a nuestro paisano Paco Rabal del premio a la mejor interpretación (ex equo con Alfredo Landa) en el festival de cine de Cannes. Los «mesías» actuales huyen a Bruselas.
El «mesías» de la República Catalana huyó a Bruselas «porque no me escondo», en palabras del Molt Honorable, que reproduce la prensa nacional.
El «mesías del «agua para todos» se encuentra en Bruselas como miembro del Parlamento Europeo en calidad de Vicepresidente y una cantidad de responsabilidades que abrumarían a cualquier mortal (que no fuera él, evidentemente). Porque él tiene una larga experiencia en asumir responsabilidades por las que los murcianos tienen que responder ahora.
Entre los excrementos depositados durante el vuelo de la mosca tenemos que apuntar, sin ser exhaustivos, : la «autopista del bancal», el aeropuerto de Corvera, la desaladora de Escombreras, y ¿cómo no? el deterioro del Mar Menor. Seguro que los aduladores encontrarán hazañas heroicas durante ese período.
El resumen de prensa de estos días nos trae un informe de la Fiscalía en que denuncia a 37 personas por «la dejación total de la labor de control de los vertidos agrícolas por parte de la Administración y una complicidad con el sector agrario, regada, con desprecio hacia el medio ambiente y el bien común», todo ello referido a la situación del Mar Menor. El Vicepresidente europeo no figura en la lista.
Ni la investigación de los investigados, ni la incorporación de otros treinta o trescientos más, ni siquiera la apertura de juicio oral (¿dieciocho años después?) nos va a devolver la calidad del agua del Mar Menor de hace veinte años.
Los no investigados, por no comparecencia, olvido o consideraciones jurídicas, se frotan las manos. Los investigados empiezan a pergeñar sus defensas. ¿Con qué agua se riega actualmente el Campo de Cartagena?, me pregunto. Parece que los motivos que han originado la investigación siguen vigentes.
Y mientras tanto «los santos inocentes», que tenemos propiedades y/o veraneamos en el Mar Menor, no podemos huir de la mediocridad de esta Administración, que es incapaz de realizar un PLAN, con detalle de actuaciones, plazos y presupuestos, que eviten la Muerte de nuestro querido mar, y el deterioro de nuestro patrimonio, que tan jugosamente han conseguido aumentar otros.