Los datos

La Verdad y La Opinión de Murcia nos informa de la existencia de un  estudio sobre los vertidos al Mar Menor del acuífero del Cuaternario de el Mar Menor. El estudio parece que ha sido realizado por empresas especialistas y financiado por la Comunidad de Regantes del Arco Sur. Los resultados de este estudio se adelanta a los del estudio contratado a TRAGSA por el Ministerio de Medio Ambiente.

El estudio cifra en 46 Hm3 el vertido al Mar Menor a través del Cuaternario del Campo de Cartagena. Sin menoscabar la calidad de los resultados obtenidos, que al parecer concuerdan sensiblemente con los que obtuvo el Instituto Geológico y Minero, el informe cifra en un 5% la aportación al Mar Menor del Cuaternario, en el ámbito del Arco Sur.

No recurriré al viejo aforismo: » excusatio non petita, accusatio manifesta» para valorar los resultados del estudio, aunque el subyacente «yo no he sido» llama la atención. Entiendo que, en media, la pluviometría en el Arco Sur y la morfología y composición del terreno son análogas a la del resto del Campo de Cartagena y consecuentemente la filtración debe ser equivalente. De ello se deriva que, o bien la superficie del Arco Sur es del orden del 5% de la totalidad del Campo de Cartagena, o parte del agua percolada, por las características del Cuaternario, se deriva hacia el sector norte y por esta zona aporta al Mar Menor. En cualquier de los dos casos no hay ninguna razón, basándonos solo en esta información, para exculpar a la Comunidad de Regantes del Arco Sur de su contribución al deterioro del Mar Menor.

Los volúmenes de los vertidos del Cuaternario del Campo de Cartagena al Mar Menor, y las características físico-químicas de estas aguas, son fundamentales para realizar una correcta modelización de la laguna y poder analizar, a través del modelo, los distintos escenarios que permitan tomar decisiones con vistas a mejorar la calidad ambiental del Mar Menor. Es por ello necesario que el consenso científico sea el máximo en este campo y que se aunen esfuerzos para alcanzar unos resultados con un alto grado de fiabilidad. En este sentido se echa en falta la sincronía entre la patronal agrícola y el Ejecutivo Regional.

Es evidente que corresponde a la Comunidad Autónoma liderar la regeneración de la calidad de las aguas del Mar Menor, y para ello, además de los recursos técnicos y económicos, debe involucrar en el proyecto a los distintos sectores actuantes y a la sociedad en general. Resulta desolador la actuación «por libre» de Las Comunidades Agrícolas del Campo de Cartagena; la queja fundamentada de los alcaldes de las poblaciones limítrofes con el Mar Menor; el abandono de los foros institucionales de las asociaciones medioambientales y plataformas creadas en su defensa y, en general, la desconfianza y falta de credibilidad que la sociedad manifiesta acerca de la capacidad del Ejecutivo Regional.

El Consejero responsable, sea cual sea en este momento su denominación, no es capaz de articular una línea de actuación coherente que ponga al Mar Menor en vías de su recuperación. En menos de un año la Dirección General del Mar Menor ha sido absorbida, asimilada por la Dirección General de Medio Ambiente, o viceversa, con un terrible ruido de fondo poco ejemplarizante. Si se quiere revertir la situación (¿?) es necesario que la política regional acerca del Mar Menor se exponga claramente a los distintos sectores sociales involucrados y ganar con ello credibilidad y apoyo a las actuaciones que se pongan en marcha.

Es fundamental conseguir una alta cota de credibilidad social. Para ello es necesario practicar una política de transparencia informativa y hacer partícipes a los distintos Ayuntamientos , asociaciones medioambientales y sociales. Y todo ello no se consigue con reuniones de entretenimiento, sino informando verazmente sobre la situación real del Mar Menor: con DATOS

 

 

 

 

El elemento afectivo

El Gobierno Regional acaba de presentar la Estrategia de Gestión Integrada de Zonas Costeras del Sistema Socio-Ecológico del Mar Menor y su Entorno, trabajo realizado por la Facultad de Ciencias del Mar y Ambientales de la Universidad de Cádiz.El catedrático director del equipo de expertos que ha realizado el trabajos se ha visto sorprendido por un «elemento afectivo» que no ha encontrado en otros lugares y  manifesta que «el Mar Menor será lo que ustedes quieran», y la pregunta que inmediatamente se me viene a la cabeza es ¿y qué queremos que sea?. A continuación se me plantean otras cuantas que no quiero dejar de exponer: ¿quién decide lo que queremos que sea?; ¿es posible, una vez decidido, conseguir el objetivo?.

No he leído el trabajo realizado, y evidentemente no voy a entrar en una valoración del mismo, pero me parece excesivo, por irreal, plantear que el Mar Menor será lo que queramos. ¿Quién no desearía que el Mar Menor fuese como era hace cincuenta años?, probablemente todos estaríamos de acuerdo, si ello fuera posible, pero mucho me temo que transformar la agricultura del Campo de Cartagena en la agricultura de secano, que era hace cincuenta años, no sea un escenario planteable. Tampoco parece planteable reducir la presión urbanística a niveles de entonces, o cerrar la canal de El Estacio o revertir tantas y tantas actuaciones que han conducido a que la laguna se encuentre en la situación actual.

En nuestra página web http://marmenor.fundacionlosalamos.es/ hemos enunciado, desde su origen, lo que denominamos «Una propuesta posibilista» para recuperar el Mar Menor. La propuesta, elaborada y reenviada a algunos de los miembros del Comité Científico antes de crearse la página, enumera diversas actuaciones en el campo social, científico, sectorial y político, que consideramos necesarias para conseguir que las aguas del Mar Menor tenga un «razonable» nivel de calidad.

Entiendo, como no puede ser de otra manera, que el Mar Menor está en un proceso de eutrofización y que es necesario poner en marcha un plan de actuación para detener  dicho proceso y recuperar, si no los parámetros originales, al menos una calidad «aceptable» de las aguas y de su entorno. Se repite por parte de los diversos partidos políticos que hay que hacer compatible la agricultura del Campo de Cartagena y la calidad ambiental del Mar Menor, pero desconocemos si ello es posible y, en caso de que lo sea cuales son las actuaciones que hay que poner en práctica.

Creo que la respuesta a la compatibilidad de la agricultura y la calidad de las aguas del Mar Menor solamente puede venir de la mano de una modelización del Mar Menor que permita plantear distintos escenarios para prever hacia donde se va por el camino que llevamos y las actuaciones necesarias para desviarnos hacia horizontes más confortables ambientalmente. De la información que nos suministra el Canal Mar Menor quiero deducir que se está trabajando en esta línea. La colocación de los medidores de corriente para conocer el intercambio de caudales con el Mediterráneo, que supongo se complementarán con parámetros fisico-químicos de esas agua, conjuntamente con los resultados del estudio que se contrató con Tragsa sobre el acuífero del Cuaternario del Campo de Cartagena y los demás parámetros que se están midiendo en la propia laguna, parecen apuntar en esa dirección.

Esta información, si es cierta mi hipótesis, es la información esencial que debería trasladarse al Comité de Participación Social, en vez de relatar las actuaciones de la «araña finlandesa», el dragado de las golas y otras ocurrencias, que ni tienen que ver con la solución del problema, ni han sido apoyadas por el Comité Científico. Claro está que este camino tiene un problema, que probablemente los responsables de la Comunidad Autónoma no quieren asumir.

Si de la modelización resulta que el nivel de explotación agrícola actual y la calidad de las aguas del Mar Menor no son compatibles habrá que tomar partido por reducir la actividad agrícola o continuar con el proceso de eutrofización y entonces tendrán que decidir acerca de «qué es lo que queremos para el Mar Menor». Y para tomar esa decisión creo que a nuestros políticos les falta el ELEMENTO AFECTIVO