DESCONCIERTO

Desconcierto: «Estado de ánimo de desorientación y perplejidad», dice el diccionario de la RAE en su primera acepción.

De las noticias que me llegan a través de los medios de comunicación de la Región de Murcia me parece evidente que hay desconcierto en la Comunidad acerca de qué hacer en el Mar Menor. El máximo responsable político de la Comunidad, el Sr López Miras, transmite al comisario de la UE, Virginijus Sinkevicius, su «gran preocupación» por el hecho de que sigan entrando nutrientes de origen agrícola en el Mar Menor a través de la rambla de El Albujón (¡¡menuda novedad¡¡). El presidente se pone de perfil y deja en el aire que ese no es su problema (¡qué gran estratega¡).

Los presupuestos de 2022, tanto los del Gobierno Central como los de la Comunidad Autónoma, adelantan cantidades importantes en actuaciones sobre el Mar Menor, que así mismo generan desconcierto.

La Comunidad destinará 85 millones de euros en inversiones, de los que 5,4 millones son para el mantenimiento las autovías RM-1, RM-12, RM-19 y otras carreteras. medio millón para promoción del deporte en la laguna y 6,2 millones para las obras de la Estrategia de Desarrollo Urbano Sostenible e Integrado de La Manga , EDUSI (¿quién vivirá de este ente?), que contempla actuaciones como un aparcamiento disuasorio, un edificio de usos múltiples o la remodelación de la Gran Vía de dicha localidad. A lo anterior sumamos 11,5 millones asignados a inversiones de ESAMUR en la zona del Mar Menor, sin concretar. La cantidad comprometida, hasta donde uno llega, para actuar directamente sobre el problema de la eutrofización del Mar Menor es de 2,5 millones de euros para la creación de 15 balsas de desnitrificación con bioreactores de madera, que serán financiados en un 80% con fondos FEDER de la UE, o sea medio millón de euros. No me queda claro si se trata de resolver un problema de tráfico, hacia o en el Mar Menor, o su problema de eutrofización.

El MITECO no iba a ser menos desconcertante y anuncia una inversión de 382 millones de euros para proyectos de regeneración ambiental en el entorno del Mar Menor, de los que 150 millones se concentrarán en los ejercicios 2022 y 2023 los restantes hasta 2026 (largo me lo fiáis). El plan incluye ; según la nota de prensa de Ministerio » un abanico de medidas a corto y medio plazo en áreas esenciales como la reordenación del dominio público hidráulico, la restauración medioambiental del perímetro laguna con soluciones «verdes», la reducción de la carga contaminante de las aguas que acaban en la albufera con mejoras en saneamiento, depuración y gestión del riesgo de inundaciones, y de conservación de la rica biodiversidad marina y terrestre», entre otras de la decena de líneas de actuación previstas. El documento marco de «Actuaciones prioritarias para recuperar el Mar Menor» recoge en cincuenta y cinco páginas el detalle de cada una de las actuaciones con el correspondiente presupuesto, la cronología y el centro que ha de gestionar la actuación. Las partidas presupuestarias mas voluminosas corresponden a la «Restauración y mejora ambiental de la cuenca del Mar Menor» (140 M€) y la de «Gestión y riesgos de inundaciones y actuaciones de reducción de la carga contaminante» (167,4M€). Podríamos admitir que tienen «in mente» el problema de la eutrofización pero me falta ligazón, por falta de concreción, con la resolución de este problema.

Aparte de la diferencia del volumen de las inversiones, las actuaciones relativas a mejoras de las autovías, aparcamientos disuasorios, gestión de riesgo de inundaciones inundaciones, o renaturalización y mejora ambiental de la ramblas, es evidente que en mayor o menor medida (más lo segundo que lo primero) contribuirán a mejorar el entorno del Mar Menor. La gran duda , y salvando las diferencias en el detalle de las dos propuestas, es que ambas adolecen de soporte científico. ¿Cuál será el retorno de estas inversiones, medido en mejora del nivel de eutrofización?. Yo no lo sé, y eso no es preocupante, lo que sería preocupante es que los redactores de los presupuestos de ambas administraciones tampoco lo sepan.

En el último blog (ENVIDIA SANA) me refería al modelo hidrodinámico desarrollado por IFREMER para la bahía de Arcachon y la necesidad de desarrollar para el Mar Menor un modelo de estas características con el que prever el resultado de distintas actuaciones. Desde el inicio de nuestra web https://marmenor.fundación losalamos.es, hemos incidido en la necesidad de utilizar esta herramienta en la solución de los problemas del Mar Menor. En las ACTUACIONES propuestas en NUESTRA VISIÓN del apartado MAR MENOR POSIBLE (hace ya algo más de cinco años ), se cita la necesidad de desarrollar esta herramienta de uso generalizado en el mundo científico y técnico actual. Y quiero seguir insistiendo en esta necesidad, porque la decisión de resolver el problema del Mar Menor tiene que ser inevitablemente política, pero la solución ha de estar basada en la técnica, para tener unos resultados lo más rápidos y económicos posibles. La técnica de prueba y error es lenta y cara.

El sábado, 29 de enero de este año, varios miembros de colectivo se manifestaron en Murcia en defensa del Mar Menor, solicitando medidas con aval científico y respetuosas con la naturaleza.La sociedad murciana ya percibe el DESCONCIERTO.

eNVIDIA SANA

La Bahía de Arcachón está situada en la costa occidental de Francia, abierta al océano Atlántico en el golfo de Vizcaya y situada en el departamento de Gironda. Debido a las importantes mareas que se producen en esta zona la superficie de la lámina de agua de la bahía varía entre 40km2, en marea baja, y 155 km2, en marea alta, (muy próxima a los 135km2 del Mar Menor). El sector del delta del río Leyre, que desemboca en la bahía, y un área próxima de 5175 han sido declarados sitio Ramsar en 2011, figura de protección que también posee el Mar Menor desde 1994,

El Laboratoire Environnement-Resssources d’Arcachon es la estación dependiente del Centro de Nantes del IFREMER (Institut Français de la Recherche pour l’Exploitation de la Mer), y el órgano encargado del seguimiento de las condiciones medioambientales de la bahía. Según su página web (wwz.ifremer.fr) , el laboratorio realiza una supervisión específica de la calidad de las aguas, en colaboración con la Universidad de Burdeos, que abarca a los parámetros clásicos para determinar la calidad biológica de las aguas. También desempeña el papel de experto y ayuda a las instituciones locales y regionales, especialmente en materia de conservación de la calidad de las aguas litorales y de protección de los medios naturales. Dispone así mismo de herramientas de ayuda a la toma de decisiones, y muy especialmente un modelo hidrodinámico de la bahía de Arcachon y un sistema de información geográfica.

Respecto de la modelización del medioambiente marino el Laboratorio expone; «es una disciplina que utiliza las herramientas matemáticas e informáticas con el objetivo de simular el funcionamiento de los sistemas naturales». Y añade: «entre todos los campos de la oceanografía, los modelos hidrodinámicos son , de lejos, los más avanzados. El transporte y la dispersión marina son factores determinantes para la biología o la química marina». Y , además, propone «una segunda etapa para el desarrollo de módulos temáticos (bioquímica, ecología, etc) para , posteriormente acoplarlos a los modelos hidrodinámicos, con el objeto de progresar en el conocimiento de los ecosistemas y obtener herramientas capaces de responder a las cuestiones preponderantes para la gestión y la preservación de los medios marinos.

Empezamos 2022 con unos presupuestos nacionales y regionales, aprobados, en los que se contemplan cantidades muy importantes de inversión en actuaciones para mejorar la situación medioambiental del Mar Menor. Como ciudadanos preocupados por la situación del Mar Menor deberíamos tener constancia de que, las actuaciones que se preven por ambas Administraciones, han sido previamente coordinadas, son complementarias y se ajustan a un Plan. Y si tomamos como línea argumental la que nos expone el laboratorio francés, sobre las actuaciones en modelizaciones de la bahía de Arcachón (con quien nuestro Mar Menor guarda un cierto paralelismo), tendríamos que concluir que esas actuaciones están basadas en los datos obtenidos en la modelización hidrodinámica de nuestra laguna.

Como el día de los Santos Inocentes ya pasó, pidámosle a los Reyes Magos que si las actuaciones no se han coordinado, ni existe un modelo hidrodinámico, al menos no nos traigan carbón, que las centrales térmicas de carbón ha cerrado y lo único que conseguirían sería incrementar la contaminación y aumentar nuestra frustración de saber que las cosas se pueden hacer muchísimo mejor.

SANA ENVIDIA, PERO ENVIDIA AL FIN Y AL CABO

MELANCOLÍA

Hace tiempo que este blog no ha tenido entradas. No ha sido por falta de noticias relevantes, ni porque la información que ha aparecido en los medios no haya sido digna de comentario. Muy al contrario, hemos vivido este verano, relacionados con el Mar Menor, hechos realmente importantes: la anoxia de agosto y la mortandad de peces que supuso; la presencia de la Vicepresidenta de Transición Ecológica; del Comisario Europeo de Medio Ambiente; y la diatriba sobre la conveniencia, o no, de dragar la encañizada de Marchamalo.

La lluvia de artículos periodísticos, declaraciones de políticos, de técnicos (más o menos mediatizados), de legos en la materia y de cualquiera que, como yo, pasaba por allí ha sido realmente apabullante.

Desgraciadamente el tiempo pasa, inexorablemente, y las actuaciones para revertir la dramática situación del Mar Menor no hacen acto de presencia.

Soy consciente de que el problema no es fácil de resolver, aunque también soy consciente (al menos así lo creo) de que ningún Organismo Público se ha planteado la NECESIDAD de solucionarlo.

Es de primero de teoría para solucionar problemas seguir los siguientes pasos: identificar cuál es el problema que hay que resolver, buscar las posibles soluciones, elegir la mejor, o menos mala, y ponerla en práctica.

A estas alturas del partido creo que nadie duda del proceso de eutrofización del Mar Menor. El origen, por más que se intente disimular, está en los fertilizantes que utiliza (o ha utilizado) la agricultura intensiva del Campo de Cartagena. Por mucho que la Fundación Ingenio, y su publicitada campaña quiera contarnos acerca de la agricultura ecológica de precisión, por los nitratos provenientes de los fertilizantes hemos llegado a la dramática situación en la que está el Mar Menor.

Ya sabemos, y creo que esto es irrebatible, que estamos ante un proceso de eutrofización generado por una agricultura intensiva impulsada por un uso importante de fertilizantes. Diría que ya tenemos identificado el problema.

La segunda parte ( buscar las posibles soluciones) entiendo que es labor más peliaguda, por lego, y a la vista de la falta de propuestas. Hoy hablamos de homeostasis, mañana de abrir golas si, golas no, de que el problema son las DANA´s, y cuando no las hay pues que ha subido o bajado la temperatura o la salinidad, dilación, incógnitas y explicación de hechos.

Me gustaría creer que los profesionales que están trabajando en la solución del problema tienen los datos suficientes y necesarios para hacer un diagnóstico fiable. Me gustaría creerlo pero podría asegurar que esto no es así. Mucho me temo de que no existe una red permanente ,y en tiempo real, que informe acerca de los parámetros físicos y químicos del agua a distintas profundidades y de la hidrodinámica del Mar Menor. Pensar que disponen de una modelización de la hidrodinámica de la laguna y de su relación con el nivel freático del Cuaternario, y con el Mar Mediterráneo, se me figura un sueño (admito que puedo estar desinformado).

En esta situación se me antoja harto difícil proponer soluciones. Sin datos y sin disponer de las herramientas que la tecnología actual pone a nuestra alcance, la única alternativa que queda es la nada científica solución de «prueba y error». Y en esas estamos. Quien hoy propone dragar Marchamalo hace unos años era partidario, si pudiera, de cerrar la canal de El Estacio (sic).

Sin alternativas claras está complicado elegir una alternativa, aunque solo sea la menos mala. No se puede ir más allá de la ocurrencia, basada en lo que es prioritario en el momento.

El panorama que vislumbro es muy descorazonador. Soy consciente de ello y es lo que me ha sumido en la MELANCOLÍA, que me ha mantenido alejado de este Blog, que, personalmente, me reconforta conmigo mismo y con mi vida en el Mar Menor, que tantas alegrías me ha dado, y me sigue dando, a pesar de todo.

RAMSAR

Ramsar es una pequeña población de Irán de apenas 35.000 habitantes situada a orillas del Mar Caspio, que para la mayor parte de los habitantes del planeta habría sido ignorada a no ser porque en el año 1971 en esta localidad se firmó La Convención sobre los Humedales, llamada la Convención de Ramsar, que es un tratado intergubernamental que sirve de marco para la acción nacional y la cooperación internacional en pro de la conservación y el uso racional de los humedales y sus recursos, al que están adheridos 170 países con un total de 2.341 emplazamientos que abarcan una superficie de 252.424.157 ha.

El reino de España es uno de los firmantes de esta Convención firmada que contempla 75 sitos Ramsar con una superficie de 304.564 ha a enero de 2019, y entre otros emplazamientos se incluyen Doñana, Las Tablas de Daimiel, La Albufera de Valencia, Las Lagunas de La Mata y Torrevieja y otros múltiples emplazamientos hasta alcanzar el número citado.

El Mar Menor está incluido en la lista de sitios Ramsar con el número 0706 y el puesto ESP-33, con fecha de adhesión de 4 de octubre de 1994. En 2011 se sumaron a la Convención otros dos emplazamientos situados dentro de la Comunidad Autónoma de Murcia, las Lagunas de Campotejar y las Lagunas de las Moreras.

El texto de La Convención Relativa a los humedales de Importancia Internacional Especialmente como Hábitat de Aves Acuáticas, nombre oficial completo de esta Convención, https://www.ramsar.org/sites/default/files/documents/library/scan_certified_s.pdf,  incluye un Preámbulo y doce Artículos, que contienen la razón de ser, definiciones de los espacios que se pueden adherir al Convenio y los compromisos que adquieren los firmantes.

El artículo 3 del Convenio incluye la obligación de los estados firmantes de «elaborar y aplicar su planificación de forma que favorezca la conservación de los humedales.. y su uso racional» así como «tomar las medidas necesarias para informarse acerca de las modificaciones de las condiciones ecológicas de los humedales de su territorio….que se hayan producido o puedan producirse como consecuencia del desarrollo tecnológico, de la contaminación o de cualquier otra intervención del hombre».

Las últimas noticias https://www.laverdad.es/lospiesenlatierra/blog/menor-historia-continua-20190403202925-nt.html sobre la inacabada historia de las desalobradoras, pozos ilegales y demás chanchullos ponen de manifiesto que al menos el artículo de la Convención citado se incumplió y se sigue incumpliendo y sin atisbo de que se realicen actuaciones contundentes que permitan hacer pensar que se tiene voluntad de cumplir con lo firmado. Y si atendemos a las palabras del presidente de COAG (al parecer implicado en alguna de las infracciones citadas) : «todas las Administraciones sabían lo que estaba ocurriendo».

Y yo me pregunto: ¿ES POSIBLE QUE VALGA TAN POCO LA FIRMA DEL REINO DE ESPAÑA?

 

 

 

 

 

 

Lo que hay que hacer

El MAPMA saliente se ha despedido con un Estudio  sobre el Mar Menor (Análisis de soluciones para el objetivo del vertido cero al Mar Menor proveniente del Campo de Cartagena) que al Gobierno Regional no le ha sentado nada bien. En la última entrada de este blog comentaba las declaraciones de FLM en las que manifestaba, alto y claro, «sabemos lo que tenemos que hacer», aunque llamaba la atención que no expusiera ni siquiera un esbozo. La portavoz del Gobierno ha manifestado que el informe técnico y científico es duro y que presentará numerosas alegaciones. Parece que «lo que hay que hacer» no es del gusto del Gobierno Regional.  

Las asociaciones de agricultores del Campo de Cartagena se han sumado a las declaraciones del Gobierno Regional con un discurso victimista que reclama que se deje de «crimininalizar al sector», como si la constatación de la «eutrofización» del Mar Menor, que ha generado una «crisis ecológica grave» con «elevados niveles de nitratos» y la «alteración drástica de las comunidades biológicas asociadas» (los entrecomillados son copia literal del estudio) fuesen consecuencias ajenas a la actividad agrícola de la zona.

Las soluciones que propone el estudio se dirigen fundamentalmente a modificaciones cualitativas, e incluso cuantitativas, en la agricultura del Campo de Cartagena, y también en la ganadería. Se trata de «resolver la llegada de contaminantes al Mar Menor procedentes del Campo de Cartagena a través de las aguas superficiales y subterráneas». Las actuaciones se centran en minimizar este problema, y se plantea «mejorar la fertilización y adaptar el modelo productivo para reducir su uso»; «adecuar las instalaciones de almacenamiento de las deyecciones ganaderas»; «establecer un régimen de explotación de la masa de agua subterránea y reducir los retornos de agua de riego»; «controlar los procesos erosivos y mejorar el sistema de saneamiento». A mi entender, solamente la mejora del sistema de saneamiento es ajena al sector agrícola y ganadero.

Los escenarios que plantea el Estudio, se han denominado: «cero o tendencial»; «objetivo»y un intermedio, denominado «adaptativo». El «tendecial», el que se viene practicando (si obviamos los aumentos de superficie cultivable), tiene un pronóstico muy oscuro: «empeoramiento drástico a futuro». El escenario «objetivo» plantea distintas actuaciones que inciden, fundamentalmente, en cumplir la legislación vigente («lo que supone un avance en la rectificación de los hábitos del pasado», aunque parezca mentira); mejorar la fertilización, cambio del modelo productivo y sustrato confinado en aproximadamente la tercera parte de la superficie cultivada. Lo que debe entenderse, a mi parecer, que hay que disponer un sustrato impermeable que permita recoger las escorrentías de los riegos y descontaminarlos (sin duda la cláusula más restrictiva). El escenario «adaptativo» no deja de ser sino un camino de un escenario a otro.

Con todo ello, los resultados del Estudio no son la peores noticias que ha recibido el sector agrícola del Campo de Cartagena, la televisión pública alemana ARD ha emitido un reportaje en el que culpa a la industria agroalimentaria de contaminar la laguna y cuestiona el consumo de los productos de la Región. Y esto si que puede ser un gravísimo problema. Los consumidores de los países más desarrollados (los que comprar nuestros productos agrícolas) son muy sensibles a los problemas del medio ambiente y, si las organizaciones medioambientalistas inician una campaña en profundidad, el boicot puede tener éxito, lo que sería nefasto para la economía murciana

Con las conclusiones de  este Estudio, la crisis ecológica grave del Mar Menor y la espada de Damocles que se cierne sobre la aceptación de nuestros productos agrícolas por parte de los consumidores europeos, parece que ha llegado el momento de hacer «LO QUE HAY QUE HACER», pues de otra forma corremos el riesgo de perder del todo nuestro Mar Menor (y su contribución al PIB de la Región) además del mercado europeo de los productos agrícolas de la zona.

PD. No estaría de más que se hiciese un estudio económico que reflejase el peso del sector servicios de la zona (que pudiera verse afectada por un empeoramiento drástico del Mar Menor) y el del sector agropecuario del Campo de Cartagena. Si ya existe, y alguien me puede proporcionar el enlace, agradecería que me lo hiciese llegar.

 

 

 

 

 

 

«Sabemos lo que hay que hacer»

El Presidente de la Comunidad Autónoma de la Región de Murcia ha manifestado, después del consabido “yo no he sido”, que “sabemos lo que tenemos que hacer”, pero no dice qué es lo que hay que hacer. Después de ene años regentando la Comunidad el líder del PP murciano se desmarca de la política negacionista de su partido ante la debacle de gestión del Mar Menor y dice que su Gobierno será el que solucione el problema.

El problema del Mar Menor es un problema complejo, de ello no cabe la menor duda, pero no por su complejidad deviene en irresoluble. La cuestión fundamental, a estas alturas, es saber si el Ejecutivo murciano está dispuesto a asumir las actuaciones que se deriven de un estudio serio e independiente.

Mientras que el Presidente de la Comunidad se vanagloria de que «en un año la mejoría es incuestionable», las playas del Mar Menor se quedan sin bandera azul.

La preocupación de la Unión Europea, y su propuesta de aportar fondos, y sobre todo “aportar expertos” pone en cuestión, en mi opinión, el trabajo que el Comité Científico está realizando. Sin cuestionar los trabajos que se estén llevando a cabo, esta propuesta de la UE parece vislumbrar lo que al menos una parte de los murcianos pensamos: o no se sabe qué es lo que hay que hacer, o no existe voluntad política de hacer “lo que hay que hacer”.

En ambos casos, más en el segundo que en el primero, la situación es preocupante. A todo ello contribuye de manera manifiesta el ostracismo que se practica por parte del Ejecutivo murciano.

El problema se trata de paliar manifestando la de millones de euros que se van a destinar al Mar Menor, sin especificar el destino de la inversión. Las actuaciones que se proponen nos dicen de paseos marítimos, balnearios, filtros verdes, cuando no nos hablan de la famosa “araña finlandesa” o del dragado de las golas. ¿Son estas actuaciones las que van a devolver la calidad de las aguas del Mar Menor a valores ambientalmente razonables?. Seguro que no.

La Unión Europea viene a reforzar lo que venimos decidiendo desde el principio de nuestro BLOG: la solución del problema, si es que se quiere solucionar, tiene que venir de la mano de expertos, por supuesto soportados económicamente, que dictaminen la dimensión del problema y las soluciones que tiene.

Mientras no exista este dictamen, ni sabemos lo que hay que hacer ni podremos abordar la solución del problema. Por más que el Presidente nos diga que “sabemos lo que hay que hacer”. Y si lo sabe que lo diga alto y claro. 

 

 

Los datos

La Verdad y La Opinión de Murcia nos informa de la existencia de un  estudio sobre los vertidos al Mar Menor del acuífero del Cuaternario de el Mar Menor. El estudio parece que ha sido realizado por empresas especialistas y financiado por la Comunidad de Regantes del Arco Sur. Los resultados de este estudio se adelanta a los del estudio contratado a TRAGSA por el Ministerio de Medio Ambiente.

El estudio cifra en 46 Hm3 el vertido al Mar Menor a través del Cuaternario del Campo de Cartagena. Sin menoscabar la calidad de los resultados obtenidos, que al parecer concuerdan sensiblemente con los que obtuvo el Instituto Geológico y Minero, el informe cifra en un 5% la aportación al Mar Menor del Cuaternario, en el ámbito del Arco Sur.

No recurriré al viejo aforismo: » excusatio non petita, accusatio manifesta» para valorar los resultados del estudio, aunque el subyacente «yo no he sido» llama la atención. Entiendo que, en media, la pluviometría en el Arco Sur y la morfología y composición del terreno son análogas a la del resto del Campo de Cartagena y consecuentemente la filtración debe ser equivalente. De ello se deriva que, o bien la superficie del Arco Sur es del orden del 5% de la totalidad del Campo de Cartagena, o parte del agua percolada, por las características del Cuaternario, se deriva hacia el sector norte y por esta zona aporta al Mar Menor. En cualquier de los dos casos no hay ninguna razón, basándonos solo en esta información, para exculpar a la Comunidad de Regantes del Arco Sur de su contribución al deterioro del Mar Menor.

Los volúmenes de los vertidos del Cuaternario del Campo de Cartagena al Mar Menor, y las características físico-químicas de estas aguas, son fundamentales para realizar una correcta modelización de la laguna y poder analizar, a través del modelo, los distintos escenarios que permitan tomar decisiones con vistas a mejorar la calidad ambiental del Mar Menor. Es por ello necesario que el consenso científico sea el máximo en este campo y que se aunen esfuerzos para alcanzar unos resultados con un alto grado de fiabilidad. En este sentido se echa en falta la sincronía entre la patronal agrícola y el Ejecutivo Regional.

Es evidente que corresponde a la Comunidad Autónoma liderar la regeneración de la calidad de las aguas del Mar Menor, y para ello, además de los recursos técnicos y económicos, debe involucrar en el proyecto a los distintos sectores actuantes y a la sociedad en general. Resulta desolador la actuación «por libre» de Las Comunidades Agrícolas del Campo de Cartagena; la queja fundamentada de los alcaldes de las poblaciones limítrofes con el Mar Menor; el abandono de los foros institucionales de las asociaciones medioambientales y plataformas creadas en su defensa y, en general, la desconfianza y falta de credibilidad que la sociedad manifiesta acerca de la capacidad del Ejecutivo Regional.

El Consejero responsable, sea cual sea en este momento su denominación, no es capaz de articular una línea de actuación coherente que ponga al Mar Menor en vías de su recuperación. En menos de un año la Dirección General del Mar Menor ha sido absorbida, asimilada por la Dirección General de Medio Ambiente, o viceversa, con un terrible ruido de fondo poco ejemplarizante. Si se quiere revertir la situación (¿?) es necesario que la política regional acerca del Mar Menor se exponga claramente a los distintos sectores sociales involucrados y ganar con ello credibilidad y apoyo a las actuaciones que se pongan en marcha.

Es fundamental conseguir una alta cota de credibilidad social. Para ello es necesario practicar una política de transparencia informativa y hacer partícipes a los distintos Ayuntamientos , asociaciones medioambientales y sociales. Y todo ello no se consigue con reuniones de entretenimiento, sino informando verazmente sobre la situación real del Mar Menor: con DATOS

 

 

 

 

El elemento afectivo

El Gobierno Regional acaba de presentar la Estrategia de Gestión Integrada de Zonas Costeras del Sistema Socio-Ecológico del Mar Menor y su Entorno, trabajo realizado por la Facultad de Ciencias del Mar y Ambientales de la Universidad de Cádiz.El catedrático director del equipo de expertos que ha realizado el trabajos se ha visto sorprendido por un «elemento afectivo» que no ha encontrado en otros lugares y  manifesta que «el Mar Menor será lo que ustedes quieran», y la pregunta que inmediatamente se me viene a la cabeza es ¿y qué queremos que sea?. A continuación se me plantean otras cuantas que no quiero dejar de exponer: ¿quién decide lo que queremos que sea?; ¿es posible, una vez decidido, conseguir el objetivo?.

No he leído el trabajo realizado, y evidentemente no voy a entrar en una valoración del mismo, pero me parece excesivo, por irreal, plantear que el Mar Menor será lo que queramos. ¿Quién no desearía que el Mar Menor fuese como era hace cincuenta años?, probablemente todos estaríamos de acuerdo, si ello fuera posible, pero mucho me temo que transformar la agricultura del Campo de Cartagena en la agricultura de secano, que era hace cincuenta años, no sea un escenario planteable. Tampoco parece planteable reducir la presión urbanística a niveles de entonces, o cerrar la canal de El Estacio o revertir tantas y tantas actuaciones que han conducido a que la laguna se encuentre en la situación actual.

En nuestra página web http://marmenor.fundacionlosalamos.es/ hemos enunciado, desde su origen, lo que denominamos «Una propuesta posibilista» para recuperar el Mar Menor. La propuesta, elaborada y reenviada a algunos de los miembros del Comité Científico antes de crearse la página, enumera diversas actuaciones en el campo social, científico, sectorial y político, que consideramos necesarias para conseguir que las aguas del Mar Menor tenga un «razonable» nivel de calidad.

Entiendo, como no puede ser de otra manera, que el Mar Menor está en un proceso de eutrofización y que es necesario poner en marcha un plan de actuación para detener  dicho proceso y recuperar, si no los parámetros originales, al menos una calidad «aceptable» de las aguas y de su entorno. Se repite por parte de los diversos partidos políticos que hay que hacer compatible la agricultura del Campo de Cartagena y la calidad ambiental del Mar Menor, pero desconocemos si ello es posible y, en caso de que lo sea cuales son las actuaciones que hay que poner en práctica.

Creo que la respuesta a la compatibilidad de la agricultura y la calidad de las aguas del Mar Menor solamente puede venir de la mano de una modelización del Mar Menor que permita plantear distintos escenarios para prever hacia donde se va por el camino que llevamos y las actuaciones necesarias para desviarnos hacia horizontes más confortables ambientalmente. De la información que nos suministra el Canal Mar Menor quiero deducir que se está trabajando en esta línea. La colocación de los medidores de corriente para conocer el intercambio de caudales con el Mediterráneo, que supongo se complementarán con parámetros fisico-químicos de esas agua, conjuntamente con los resultados del estudio que se contrató con Tragsa sobre el acuífero del Cuaternario del Campo de Cartagena y los demás parámetros que se están midiendo en la propia laguna, parecen apuntar en esa dirección.

Esta información, si es cierta mi hipótesis, es la información esencial que debería trasladarse al Comité de Participación Social, en vez de relatar las actuaciones de la «araña finlandesa», el dragado de las golas y otras ocurrencias, que ni tienen que ver con la solución del problema, ni han sido apoyadas por el Comité Científico. Claro está que este camino tiene un problema, que probablemente los responsables de la Comunidad Autónoma no quieren asumir.

Si de la modelización resulta que el nivel de explotación agrícola actual y la calidad de las aguas del Mar Menor no son compatibles habrá que tomar partido por reducir la actividad agrícola o continuar con el proceso de eutrofización y entonces tendrán que decidir acerca de «qué es lo que queremos para el Mar Menor». Y para tomar esa decisión creo que a nuestros políticos les falta el ELEMENTO AFECTIVO

 

Bajar la temperatura y subir la salinidad: Un binomio difícil

El catedrático de Ecología e Hidrología, Ángel Pérez Ruzafa, ha presentado al Comité de Representación Social su informe sobre la situación del Mar Menor. Resalta que «las últimas mediciones indican que ha recuperado sus valores habituales de salinidad y temperatura, y los nutrientes están en valores bajos». Bienvenidas sean las buenas noticias. No obstante comenta que «El equilibrio sigue siendo tan frágil que cualquier agente externo puede retrasar o empeorar la evolución de la laguna costera».

Desde mi punto de vista, lo más preocupante de su exposición es que:«Debe tenerse en cuenta que el sistema es aún altamente sensible a factores de estrés como la subida y persistencia de temperaturas elevadas o baja salinidad, por lo que habrá que estar muy pendientes tanto de las precipitaciones, como de entradas de agua dulce como consecuencia del mantenimiento de niveles freáticos excesivamente altos».

Si consideramos el Mar Menor como una cubeta aislada, que no lo es, su temperatura dependerá, fundamentalmente, de los horas de insolación y su intensidad, supongo que también de la penetración de la misma, es decir de la transparencia, y de la evaporación. Se me hace difícil actuar sobre la insolación y la evaporación y, en el momento actual la transparencia parece también un imponderable. Resulta pues que poco o casi nada podemos hacer para rebajar la temperatura que adquiera el mar, sin aportaciones externas, ya que ésta depende de razones estrictamente meteorológicas.

Es evidente que el Mar Menor no es una cubeta cerrada. Recibe aportaciones desde el Mediterráneo, por las encañizadas y las golas; a través del nivel freático del Cuaternario del Campo de Cartagena; y de las escorrentías de las ramblas que vierten en él, fundamentalmente las de El Albujón, La Carrasquilla y  El Beal.

Las aguas del Mediterráneo tienen menor temperatura que las de el Mar Menor y, consecuentemente, su entrada contribuirá a rebajar la temperatura, pero también tienen menor salinidad, por lo que rebajarán la salinidad.

A falta de datos sobre la salinización que hayan adquirido las aguas del acuífero Cuaternario, es de suponer que, en cualquier caso, su salinidad será menor que la del Mar Menor, por lo que su entrada, rebajaría la salinidad. Su temperatura también debe de ser menor que la de la laguna, por lo que su entrada la rebajaría la de ésta. La entrada de estas aguas tiene además el efecto contaminante de la carga de nitratos y fosfatos provenientes de los abonos.

Las ramblas que desaguan al Mar Menor se nutren, básicamente, de las aguas de escorrentía. Si llueve sus aportaciones, inevitablemente, rebajarán tanto la temperatura como la salinidad del Mar Menor, ya que serán aguas frías y prácticamente sin sal. El mismo efecto tendrá el agua de lluvia que caiga directamente sobre la lámina de agua.

En resumen, cualquiera de las aportaciones de agua al Mar Menor (estamos hablando de las aportaciones relevantes) producirán el efecto de rebajar la temperatura y disminuir la salinidad.Esta es la dificultad de satisfacer el binomio. Es cierto que las aguas del Mediterráneo están más próximas, tanto en temperatura como en salinidad, a las del Mar Menor, que el resto de los afluentes, pero tampoco es menos cierto que, hoy por hoy, los márgenes de maniobra sobre estos parámetros son escasos.

Parecería deducirse de todo lo anterior que estamos en manos de la Naturaleza, pero puede que no sea así si tienen éxito las investigaciones que está llevando a cabo la Cátedra de Agricultura Sostenible de la UPCT. Según la información que nos llega (ver dossier de prensa) los experimentos piloto para desnitrificar y disminuir la salinidad de las aguas del acuífero Cuaternario son esperanzadores. ¡MUCHA SUERTE¡

 

Consenso y Mar Menor

La Ley de Medidas Urgentes para Garantizar la Sostenibilidad del Mar Menor parece que está preparada para su aprobación en la Asamblea Regional a principios del próximo mes. Todos los partidos políticos presentes en la Asamblea están de acuerdo en hacer compatible la explotación agrícola y la conservación del Mar Menor. Discrepan en el alcance de las medidas e incluso en la idoneidad de algunas de ellas.

Si nos atenemos a las declaraciones, a título personal, del portavoz del Comité Científico ( ¿existe todavía?) las medidas contempladas en la Ley son beneficiosas para la salud de la laguna. Pero cabe preguntarse, a falta de un pronunciamiento de dicho Comité, ¿son suficientes para resolver el problema medioambiental del Mar Menor?.

Las agresiones al Mar Menor en los últimos años han sido múltiples, pero parece innegable que ha sido la agricultura, con el modelo de explotación seguido, la causante de la EUTROFIZACIÓN del Mar Menor. La contaminación con nitratos puede considerarse como la causa fundamental en el proceso de degradación al que asistimos.

En principio podemos decir que o se cambia el modelo, o se reduce la superficie cultivada ( o las dos cosas a la vez), o seguiremos por la senda de condenar al Mar Menor a la muerte por eutrofización. Si seguimos haciendo las mismas cosas obtendremos el mismo resultado, pero empeorando progresivamente la situación actual.

Es innegable que el problema tiene una dimensión social, económica y medioambiental, que debe ser abordada desde el punto de vista político, pero no es menos cierto que la solución tiene que ser técnica.

El estado actual del conocimiento permite desarrollar una modelización del Mar Menor en la que se incorporen las variables más relevantes: química, hidrológica, hidrogeológica, hidrodinámica y biológica. Este modelo permitiría, una vez contrastado, poder evaluar las consecuencias de las distintas actuaciones y marcar las líneas maestras de una actuación que nos llevara a revertir la situación actual.

A partir de estas líneas maestras se podría redactar, entonces si, una Ley que nos llevara a resolver el problema, con un alto grado de fiabilidad, porque con el consenso o sin el, si no se tiene en cuenta que la solución del problema tiene que venir de la mano de la técnica, no se llegará a una solución.

Si de lo que se trata es de «hacer algo» pues ya hay un Proyecto de Ley, que previsiblemente será aprobado y que, si luego se hace cumplir, en el mejor de los casos no empeorará la situación actual (o si, no se sabe). Si queremos resolver el problema medioambiental del Mar Menor habría que abordar un PROYECTO DE SOSTENIBILIDAD  con participación de técnicos especializados en cada una de las áreas y que integrara las distintas disciplinas para diseñar un Plan de Actuación con definición de actividades, plazos y presupuestos.

El comportamiento de la naturaleza no se guía por consensos, ni por los deseos de los políticos, por más que estos tengan el loable fin de hacer compatible la agricultura del Campo de Cartagena y la Sostenibilidad del Mar Menor.